header-photo

Micropaisatges



Molt interessant article d’en Joan Nogué al suplement de cultura de La Vanguardia d’avui.

“Estamos rodeados de micropaisajes a los que apenas prestamos atención por su cotidianeidad y porque, precisamente por su diminuta e insignificante dimensión, no asociamos para nada al concepto preeminente de paisaje.

Y, a pesar de ello, ni que sea durante unos segundos, atraen nuestros sentidos. En el bosque, en el campo o en el litoral estos pequeñísimos paisajes se multiplican por doquier. Cuando miramos con atención, a escasos metros o centímetros de distancia, las peculiares texturas, combinaciones de colores y extraordinarias disposiciones que forman ante nosotros las masas aterciopeladas de musgos incrustados sobre las piedras, las texturas de los troncos de los árboles, la acumulación de hojas y masas vegetales en un sotobosque cualquiera, las rocas de un acantilado en su contacto con el mar o la geometría de los cultivos, entre otras miles de posibles configuraciones de elementos naturales, nos quedamos literalmente estupefactos imaginando lo que podría dar de sí, una lectura paisajística a esta escala.

En la ciudad existe también un micropaisaje urbano inmediato y minúsculo, a pie de calle, con el que nos topamos de narices a diario. Está compuesto, sin ir más lejos, por el propio asfalto y las baldosas geométricas de las aceras, las tapas de alcantarilla, cantidad de símbolos y señales de todo tipo que nos transmiten mensajes de manera machacona, el mobiliario urbano, los bajos de los edificios, los tags y graffiti de las paredes, las notas anónimas pegadas en los postes de los semáforos y que leemos sin retener mientras esperamos para cruzar la calle, las manchas en el suelo, las efímeras esculturas que se forman al lado de los contenedores de basuras, o las hojas de los plátanos sobre el asfalto mostrando aún su mano abierta y nervuda, como evocaba el poeta Enric Casassas.”