Volia escriure, creia que ho havia de fer. Explicar les meves sensacions. Però no volia que els sentiments acabessin dominant la racionalitat de l’anàlisi. Ara que precisament es necessita més racionalitat, sang freda i serenor per afrontar la situació. No volia, ni vull, posar més llenya al foc. És l’hora de visca la intel·ligència i mori la mort!.
Però tampoc podia deixar-ho estar. Restar mut davant la utilització vil dels sentiments. Fer veure que no passava res i deixar que continuessin amb la seva estratègia de robar-nos la decència. Per això m’ha agradat trobar l’article de l’Almudena Grandes a El País Semanal. Per això m’ha agradat llegir les seves paraules. Dures, però carregades de dignitat.
“Faltaba poco para las elecciones, y unas señoras vestidas de oscuro, con sombreo y cruces de oro sobre el pecho, aparecieron en el patio de aquella casa de corredores para anunciar que en la calle tenían un camión lleno de colchones de lana, y que le regalarían uno a cada persona que se comprometiera a votar contra el Frente Popular. Ahora ya no hay jornaleros sin tierras, nadie despierta a sus hijos de madrugada para que alimenten s las mulas del amo, y tampoco se pueden comprar votos con colchones. Pero los nietos de aquellas señoras se siguen considerando los amos de este país, y cuando la voluntad popular los aparta del poder, reaccionan igual que sus abuelos. Ahora no pasa nada, ni va pasar, porque España ha cambiado. Le gustaría olvidar de una vez aquellos versos, pero no puede. La historia de España es como la morcilla de mi pueblo. Se hace con sangre y se repite”
1 comentari:
Hola Joan Antoni, soy Castilla en parte estoy de acuerdo con el artículo de Almudena y tu escrito, que los sentimientos no nos nublen el analisis,la racionalidad,la serenidad,la inteligencia etc. estas palabras las hago mias cuando hablo con mis padres,tienen 84 años, pero la verdad es que es duro ser siempre prudentes ante las continuas provocaciones.
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